Cuando vamos a Cristo por primera vez, nuestra vida espiritual tiene poca forma, nos sometemos a él para que comience a moldearnos como él quiere que seamos. Podemos permitirle que nos moldee, pero no podemos expresarle nuestro amor en retribución.
Dios nos ha llamado a predicar el evangelio en palabra y obra para el bien de los que nos rodean y para la mayor gloria de Dios.
You must log in to post a comment.