Así como los cristianos deberíamos alcanzar un equilibrio entre proclamar la verdad con osadía y presentarla con humildad, también deberíamos buscar un equilibrio entre el sano entendimiento de la doctrina bíblica y una pasión personal por una vida entregada a Jesucristo.
La verdad cristiana nunca conlleva meramente una transferencia de información, sino una relación personal de fe y amor. Por lo tanto, en nuestra predicación y discipulado, somos celosos de la sana doctrina con una pasión por una vida cambiada.
El amor divorciado de la verdad no es amor, y la verdad divorciada del amor no es verdad.
Los cristianos glorifican a Dios no solo a través de la palabra, sino también a través de sus vocaciones de agricultura, negocios, gobierno, educación, todo para la gloria de Dios y el fomento del bien público. Demasiados cristianos han aprendido a separar sus creencias y su fe de la forma en q trabajan su vocación. El evangelio se ve como un medio para encontrar paz personal y no como el fundamento de una cosmovisión: una interpretación general de realidad que afecta todo lo que hacemos. Desarrollar entornos empresariales humanos y a la vez creativos y excelentes debido a nuestro entendimiento del evangelio es parte del trabajo de llevar una medida de sanidad a la creación de Dios en el poder del Espíritu.
La verdadera fe se aviva con arrepentimiento, y el verdadero arrepentimiento se aviva con fe. La fe y arrepentimiento son como dos caras de una moneda; no se puede tener una sin la otra. La fe y el arrepentimiento nacen juntos cuando ve el amor y la misericordia de Dios por usted en Jesucristo.
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