La razón definitiva por la que existe el sufrimiento en el universo es que Cristo pueda mostrar la grandeza de la gloria de la gracia de Dios en su propio sufrimiento para vencer nuestro sufrimiento. El sufrimiento del hijo de Dios, el cual es totalmente inocente e infinitamente santo, en el lugar de pecadores totalmente indignos para llevarnos al gozo eterno, es la mayor muestra de la gloria de la gracia de Dios que puede existir.

En medio de nuestro dolor puede que nos sintamos solos y creamos que nadie se ha sentido tan herido como nosotros. Pero no es cierto. Jeuscristo sintió ese dolor; en realidad, sintió un dolor que a nosotros nos hubiese destruido.

Satanás esclaviza a las personas de dos maneras. Una es con el dolor y sufrimiento que resulta al hacernos pensar que no existe ningún Dios en quien vale la pena confiar. La otra es con placer y prosperidad, haciéndonos pensar que tenemos todo lo que necesitamos y por tanto Dios no es importante.