Existen algunas ordenanzas exteriores y medios de gracia exteriores claramente implícitos en la Palabra de Dios, pero en la práctica tenemos pocos, si acaso algunos, preceptos claros y positivos; más bien nos limitamos a recogerlos del ejemplo de hombres santos y de diversas circunstancias secundarias. Se logra un fin importante por este medio; es así que se prueba el estado de nuestro corazón. Sirve para hacer evidente si los cristianos descuidan un deber claramente implícito por el hecho de no poder cumplirlo. Así, se descubre más del verdadero estado de nuestra mente, y se hace manifiesto si tenemos o no un amor ardiente por Dios y por servirle. Esto se aplica tanto a la adoración pública como a la familiar. No obstante, no es difícil dar pruebas de la obligación de ser devotos en el hogar.
You must log in to post a comment.