El reto más grande es que tendemos a vivir más como e viejo yo que antes fuimos, que como el nuevo hombre que somos en Cristo. Pero no tema: La gracia nos encuentra donde estamos, para llevarnos a donde Dios quiere que estemos. La gracia dentro de la santificación obra para vencer la oposición remanente del pecado y nos leva hacia la meta que la gracia salvadora ha puesto en nuestros corazones.