Por Scott Kauffman
Todos reconocemos el problema teológico del mal: ¿Si Dios es tan bueno porque el mundo está tan mal? En algún momento nos hemos preguntado eso o alguien que es escéptico nos lo ha preguntado. Sin embargo, cuando por la gracia de Dios podemos ver nuestro propio pecado entonces el mal que vemos “en otros” se transforma en el pecado que vemos “en nosotros”. Es en ese momento en el cual podemos contemplar la cruz y entender lo que significa “el regalo más grande que Dios nos ha dado y la solución a nuestro problema más profundo.” Por otro lado los cristianos nos enfrentamos con otro problema- el problema del bien. Es decir, si somos tan malos ¿Por qué hay tanto bien en el mundo? ¿Por qué un bombero no cristiano en las Torres Gemelas durante el 9/11arriesga su vida para salvar a otra persona no Cristiana? ¿Por qué los no cristianos son capaces de hacer cosas tan buenas, describir la verdad con tanta claridad y crear cosas tan bellas? A nivel personal conozco no-cristianos que son mejores, en muchos aspectos, que yo –son más honestos, más capaces de hacer sacrificios, más felices y más comprometidos con buenas causas. ¿Cómo debo reaccionar ante tal realidad? También pienso en los artistas, cineastas, músicos y escritores, quienes parecen seres irredimibles, y que sin embargo logran crear obras que son tan trascendentes. ¿Es mi deber ignorar sus obras porque no presentan un punto de vista cristiano? ¿Alguien ha experimentado estas inquietudes y se ha hecho estas preguntas? Nuestra respuesta al “problema del bien” es muy importante porque ella determinará finalmente a quienes mostraremos amor y compasión, a quienes consideraremos nuestros enemigos, como trabajaremos por el bien de los demás, como compartiremos nuestra fe, que influencia tendrán los medios de comunicación sobre nosotros, etc. Desde mi punto de vista hay tres respuestas al “problema del bien”:
1. “Gracia absurda”: “El ser humano es bueno por naturaleza y puede salvarse a si mismo haciendo el bien.”
2. “Gracia inútil”: “Hacer el bien sin ser salvo es una ilusión, es decir, el bien que hacen los no cristianos es irreal.”
3. “Gracia Común”: “El bien que hacen los no cristianos es un regalo de Dios para la humanidad”.
Los cristianos debemos rechazar la idea de “gracia absurda”. Sabemos que el ser humano no es bueno por naturaleza ni puede redimirse a si mismo. Pero ¿Qué hacemos con la “gracia inútil”? Muchos de nosotros hacemos lo siguiente, dividimos el mundo en “sagrado” y “secular”. Lo secular es aquello que usamos en la vida diaria pero que no tiene nada que ver con Dios. Los no cristianos son parte de nuestro mundo pero no contribuyen en nada a los propósitos eternos de Dios y debemos permanecer alejados de ellos. Si no se van a salvar lo que hagan no tiene importancia para nosotros los cristianos a menos que podamos utilizarlo en nuestro provecho o en provecho del “Reino.
Al pensar de esta manera llegamos a la conclusión lógica que el bien que hacen o producen los no cristianos es irrelevante o una “ilusión”. El amor, la compasión, y la honestidad que manifiestan los no cristianos es un engaño de Satanás para alejarnos de Cristo. El bombero no cristiano que salva a otros no tiene nada de bueno es solo la manifestación de sus ganas de reconocimiento, puro egoísmo disfrazado. La pareja no cristiana que se reconcilia y vuelve a tratar de salvar su matrimonio, no manifiesta verdadero amor, si permanecen juntos es por conveniencia o miedo. Si un doctor no cristiano salva a un paciente que no tiene dinero para pagarle, a Dios, no le interesa.
Desde mi punto de vista la posición de “gracia inútil” no soluciona con justicia el problema del bien. Desde una posición teológica es inconsistente con la Escritura y desde un punto de vista práctico es inaceptable.
PROFUNDIZANDO EN LA GRACIA COMÚN
Creo que la mejor respuesta al “problema del bien” es lo que conocemos como “gracia común”. La doctrina de la gracia común es una verdad esencial, útil, redentora y peligrosa para tratar de comprender la forma en la que como cristianos debemos interactuar con el mundo. Esta doctrina nos ayuda a comprender de manera más profunda a Dios, el mundo y a los que nos rodean. Una correcta apreciación de la gracia común nos permite evitar muchos de los temores, prejuicios, y actitudes poco cristianas que a veces manifestamos en nuestras relaciones, en nuestra forma de evangelizar, en nuestro trabajo, en la forma en la que percibimos el arte, la cultura y la diversión. Además de que da respuesta al “problema del bien” desde un punto de vista teológico y de manera práctica.
Empecemos, pues, con la descripción de algunos elementos de la gracia común:
1.- Dios otorga una inmensa gracia (favor inmerecido) a todas sus creaturas y se manifiesta de muchas maneras.
2.- Dios quiere salvar a la humanidad pero también tiene otros intereses, desea restaurar toda la creación y establecer así su Reino.
3.- Dios es el autor de la verdad, la belleza, y de todo lo bueno que hallemos en las cosas y en las personas.
4.- En donde encontremos el bien debemos referirlo a Dios y a Cristo.
IDEAS FUNDAMENTALES DE LA GRACIA
Creo que si identificamos bien las ideas fundamentales del evangelio nos daremos cuenta de que la gracia común es un tema inevitable en el desarrollo de la historia de la redención.
1. El Evangelio en 4 Partes: Creación, Caída, Redención, Restauración.
Varios pensadores cristianos contemporáneos como N.T. Wright, Chuck Colson, Nancy Pearcey, Tim Keller, Dallas Willard y Mike Metzger han expresado con mucha claridad como el bosquejo de la historia de la redención en 4 partes nos ayuda a tener una mejor perspectiva de las diferentes visiones del mundo, incluida la visión cristiana. Todos ellos están de acuerdo en que en los últimos 200 años el pensamiento cristiano ha truncado la idea original del evangelio. Tim Keller resume el problema de esta manera y nos da la solución.
Algunos cristianos ven la historia de la salvación así: Caída, redención y vida eterna en el cielo. En esta forma de describir la historia de la salvación, solo las personas “salvas” tienen algo de valor ( los no cristianos son simplemente ciegos y malos) y el propósito de la salvación es escapar de este mundo. Pero si la historia de la redención es creación, caída, redención y restauración la perspectiva cambia. Los no cristianos son reconocidos como portadores de la imagen de Dios y por lo tanto tienen grandes capacidades y sabiduría, aunque la imagen de Dios está distorsionada. La salvación no es básicamente escapar del mundo sino renovarlo. Por lo tanto, el evangelio no es solo “tener una vida feliz y satisfactoria”. No es solo “un plan maravilloso para mi vida” pero también para la vida de los demás que deben beneficiarse del concepto de shalom-paz. Los cristianos debemos ser los instrumentos de ese shalom y mostrar lo que eso significa en el contexto del Reino de Dios que será establecido al final de los tiempos.
La iglesia no puede establecer la plenitud de de ese shalom, solo Jesús lo hará cuando regrese pero si somos llamados a trabajar por esa paz en este mundo caído, en comunidades necesitadas donde hay sufrimiento. Esta misión enfrenta el “problema del bien” y la solución es la gracia común.
2.- La Imgen de Dios (Imago Dei): Originalmente el Ser Humano es Bueno
Para explicar de manera integral el evangelio debemos iniciar con la creación. ¿Qué ocurrió después de que Dios creó a Adán y a Eva?
26 y dijo: «Hagamos al *ser humano
a nuestra imagen y semejanza.
Que tenga dominio sobre los peces del mar,
y sobre las aves del cielo;
sobre los animales domésticos,
sobre los animales salvajes,[a]
y sobre todos los reptiles
que se arrastran por el suelo.»
27 Y Dios creó al ser humano a su imagen;
lo creó a imagen de Dios.
*Hombre y mujer los creó,
28 y los bendijo con estas palabras:
«Sean fructíferos y multiplíquense;
llenen la tierra y sométanla;
dominen a los peces del mar y a las aves del cielo,
y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo.»
(Génesis 1:26-28)
Antes de ser pecadores tenemos que recordar que fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios. Dios nos ha dado características que reflejan la naturaleza trinitaria de Dios. Nuestra capacidad moral, nuestra necesidad de relacionarnos con otros, etc. Aunque el hombre está imposibilitado para salvarse a sí mismo no ha perdido esa imagen divina, la cual, está distorsionada pero no destruida totalmente. La imagen de Dios en nosotros es más esencial que nuestra naturaleza pecaminosa ya que refleja la perfección del diseño divino. Esta característica humana es la que lleva a Dios a mostrarnos su cuidado por medio de la gracia común.
3.- El mandato cultural: La descripción del trabajo del hombre
En Génesis 1 Dios le ordena a Adán y a Eva que se multipliquen y que sojuzguen la tierra. Para mí este es un mandato muy claro de lo que deberían hacer. La idea básica de este mandato cultural o mandato creacional es la forma en la que Dios le da al hombre la responsabilidad de administrar la creación de cuidar de ella, tanto en el área de la naturaleza como en al área de la civilización y de las relaciones humanas. Nuestra misión es hacer todo lo posible para que la creación refleje la gloria de Dios. Antes de la caída el ser humano es quien refleja la imagen de Dios y a quien se le confía la creación. Estos son los atributos originales de la personalidad humana, más originales que el pecado y todos los seres humanos comparten estas mismas características. La gracia común es el medio por el cual Dios trabaja en la renovación del mundo.
4.- El Mundo Vs. El Reino: La guerra en nosotros y alrededor de nosotros.
Todos hemos oído la frase “en el mundo pero no del mundo”. El “mundo” es todo aquello que se opone a Dios- abierta o encubiertamente. Es un impulso motivado por la idolatría. Los cristianos estamos llamados a no amar al mundo más que a Dios (Santiago 4:4 y 1 Juan 2:15-17) por el contrario debemos estar en él para influir de forma positiva en él (Mateo 5:13-16). El mundo es nuestro enemigo pero lo confundimos con pecados específicos o grupos de personas que consideramos más malas que nosotros, por ejemplo: las activistas homosexuales, los políticos corruptos, los explotadores, los traficantes de drogas, etc. Nuestra lucha no es contra ellos sino contra un virus que nosotros y ellos llevamos en el corazón. La rebelión contra Dios. Si no estamos a favor del mundo estamos a favor del Reino de Dios, el cual, es la manifestación del amor de Cristo sobre toda la creación. El reino es el tema central de la oración de Jesús, de su misión, el tema de su primera predicación y el tema de conversación después de su resurrección. Cuando oramos para que venga el reino de Dios reconocemos que él es el único que puede terminar con nuestro enemigo, el mundo. Dios nos pide que vivamos en el mundo como trigo en medio de la cizaña para que al final él las separe. Esta verdad nos motiva a crear una cultura nueva, alcanzar a las naciones, hacer discípulos, coexistir con el mundo y confiar en su juicio final. Dios transformará el mundo completamente (cielos nuevos y tierra nueva) por medio de su iglesia y su gracia común.
5.- La gloria de Dios: El Objetivo más Importante
Si la restauración y la creación y el triunfo del Reino de Dios son el clímax de la historia de la redención, el objetivo más alto es la gloria de Dios. Él es glorificado no solo en el fin de la historia sino en cada parte de la trama. Si él decide salvar o no, crear o destruir, revelar o mantener oculto. Todo finalmente sirve para su gloria. De hecho la salvación y el juicio de las almas son solo dos elementos más que sirven para su gloria, la cual incluye muchas cosas más. Podríamos decir que cada parte del universo, cada estrella, cada cosa creada glorifica a Dios porque Él la concibió, no porque Él la salvó.
De la misma manera Dios es glorificado por lo que el ser humano hace aún por los que nunca van a ser salvos. ¿Se deleitará Dios en una escultura de Miguel Ángel o en los inventos de Alva Edison o en los versos de un gran poeta aún cuando no sean creyentes? Creo que Dios puede disfrutar la gloria de los logros humanos aunque éstos no estén motivados por la fe o el agradecimiento a Dios. Para mí, esto explica el “problema del bien”, es decir, el porqué algunos no cristianos pueden ser moralmente mejores que los cristianos. Es la gracia común de Dios en acción en la vida de sus creaturas,
lo cual lo glorifica y sirve a sus propósitos.
La Gracia Común en la Biblia
Profundicemos en dos formas en las que Dios interactúa con la gente:
1. La gracia salvadora de Dios que surge de su amor redentor
2. La gracia común que fluye de su amor redentor.
La biblia está llena de referencias del amor de Dios por toda la gente, por ejemplo:
8 Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:8)
16 »Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo *unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16)
A esto, podemos llamarle “el amor redentor de Dios”: El amor que lleva a la cruz donde Cristo termina con nuestro pecado a través de su vida y muerte en nuestro lugar. Esta es la “gracia salvadora”, las buenas noticias que nos revelan la esencia del evangelio.
Sin embargo existe un problema, parece que Dios no ama a todas las personas de la misma manera. Ciertamente Él ha decidido no salvar a todas las personas. Es más, la biblia nos dice que Dios aborrece a ciertas personas o grupos de personas. Entonces hay dos opciones. La primera es que Dios ama a algunas personas y odia a otras o Dios tiene dos clases de amor, la primera sería la clase de amor que tiene por lo que hay de su imagen en cada ser humano y un amor más específico que solamente le da a algunas personas.
El amor que Dios otorga a toda la humanidad no es suficiente para salvarla, pero permite a la gente participar en el plan de Dios para que su Reino se establezca. Esta gracia común no es eterna, puede ser resistida por la dureza del corazón humano y no transforma la naturaleza pecaminosa.
¿Cómo se manifiesta la gracia común? Los teólogos la describen en tres categorías:
1.- Bendiciones Naturales y Dones. Esta es la expresión más básica de la gracia común y es expresada claramente en varios pasajes. Mateo 5:45 afirma que “Él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos.”
2.- Dios Restringe el Pecado. La gente no peca con todo su potencial y no siempre se experimentan las consecuencias del pecado en su totalidad. La gracia común de Dios restringe el pecado (de los cristianos y de los no cristianos) y sus efectos.
3.- La Habilidad de Todos los Pecadores para Hacer el Bien. Recordemos como cuestiona Jesús al Joven Rico en Marcos 10:17-18: 17 Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo y se postró delante de él.—Maestro bueno —le preguntó—, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? 18 —¿Por qué me llamas bueno? —respondió Jesús—. Nadie es bueno sino sólo Dios. Sin la gracia salvadora de Cristo no es posible que podamos hacer lo que es justo, es decir no podemos hacer lo bueno que Dios requiere.
Sin embargo, vemos muchas cosas buenas que los hombres son capaces de hacer. Esto es lo que describe Calvino cuando dice que la mente de la persona no creyente “está quebrantada y pervertida, sin embargo también hay en ella el adorno de maravilloso de los dones de Dios.”
Debemos tener cuidado de no devaluar los dones que la gracia común de Dios imparte a toda persona. Si Dios se goza en esa clase de bien, nosotros también podemos hacerlo.
¿Podemos Amar Genuinamente a los no Creyentes?
Todas las personas necesitan “relaciones auténticas” antes de poder creer en el evangelio. La gracia común nos permite establecer relaciones auténticas con no creyentes. Deberíamos de ser capaces de amar a la gente aunque supiéramos que no van a estar en la vida eterna con nosotros. Al hacerlo estamos siguiendo el ejemplo de Dos manifestado en la gracia común. Tenemos el privilegio de mostrar solidez moral sin ser moralistas, cuestionar lo injusto sin ser prejuiciosos e insistir en valores fundamentales sin ser fundamentalistas.
La Gracia Común y La Cultura
La forma en la que entendemos la gracia común influye en la forma en la que percibimos la cultura. Podemos apreciar lo bueno y hermoso de nuestra cultura aunque no sea algo “cristiano.” Los cristianos pueden crear arte aunque este no exprese de manera obvia ningún valor religioso. Los cristianos pueden trabajar por la justicia y el mejoramiento social porque esto refleja el deseo de Dios de renovar el mundo. Los cristianos pueden ver su profesión u ocupación como un verdadero ministerio aunque no sean pastores o misioneros, no hacen distinción entre ocupaciones sagradas y seculares.
Los cristianos reconocemos lo malo de la cultura que nos rodea pero aún así no debemos apartarnos de ella. Podemos ser conservadores y bíblicos en nuestro pensamiento pero no podemos ignorar la importancia de las organizaciones no cristianas que ayudan a los indigentes, a los enfermos de SIDA, que trabajan por el bien de su comunidad o que ayudan a madres solteras. Todos esos esfuerzos no son una pérdida de tiempo. De igual manera ocurre con otras manifestaciones de la cultura popular como el cine, en donde, no podemos negar que muchas veces encontramos inspiración e inspiración para nuestra fe. Esto manifiesta el “problema del bien” una vez más.
La doctrina de la gracia común nos permite reconocer lo profundo de nuestro pecado, la necesidad de la cruz, nuestro llamado a evangelizar, la realidad de la lucha espiritual, nuestra capacidad para engañarnos a nosotros mismos con motivaciones equivocadas, el peligro de filosofías engañosas y nuestra profunda necesidad de discernimiento.
Por otro lado, también nos recuerda que el concepto de shalom, el mandato cultural y la gracia común se inter relacionan muy íntimamente. La doctrina de la gracia común nos recuerda que hay momentos para reconocer lo bueno de la cultura y otras para rechazarla con oposición profética y la única forma de hacerlo sabiamente es a través de entender correctamente la doctrina de la gracia común.
La Gracia común me permite encontrar el evangelio en lugares sorprendentes
Los cristianos debemos desarrollar una correcta idea de discernimiento. De hecho los cristianos hemos desarrollado la habilidad para rechazar los elementos negativos de la cultura no cristiana (su visión del sexo, sus valores materialistas, las malas palabras, etc.)
pero no hemos sido tan buenos en desarrollar la habilidad para encontrar lo bueno y todo aquello que me recuerda mi necesidad de redención y que me anima a amar a mi prójimo. A reconocer el arte que aunque no proviene de alguien cristiano o que su tema no es cristiano, sin embargo, tiene un efecto cristiano en mi mente y mi corazón.
La aplicación de la gracia común en la vida diaria es simple:
1. Busca lo bueno, lo verdadero y lo hermoso en donde quiera que lo puedas hallar. Puede ser en una persona, en una organización, en un trabajo, en una ciudad, etc.
2. Reconoce que eso bueno proviene del amor de Dios en Cristo-Jesús. Esto lo puedes hacer orando y dando gracias a Dios o al hablar abiertamente del evangelio o cualquier combinación entre estas dos ideas.
El Peligro de la Gracia Común
Para algunas personas, el hecho de reconocer los elementos positivos en la cultura de nuestra sociedad puede sonar como una forma de claudicar en la lucha contra el pecado y nuestro compromiso con la santidad. Estas son preocupaciones válidas a las cuales tenemos que responder con los argumentos bíblicos de la historia de la redención: Lo perfecto de la creación, la profunda corrupción de la Caída, el poder de la salvación en la Cruz y la restauración del Reino de Dios y la nueva creación. Si nos olvidamos de la necesidad de la conversión personal perdemos el poder del evangelio para la transformación personal y si nos olvidamos del aspecto corporativo del Reino perdemos el poder del evangelio para transformar la cultura.
La Gracia Común Afirma:
- El hombre fue hecho en la imagen de Dios y por lo tanto era bueno
- Dios ama el mundo que creó
- No debemos rechazar la cultura
- Nuestro enemigo no es una persona o grupo
- La gracia común es un regalo de Dios
La Gracia Común No Enseña:
- Que el hombre es bueno y puede salvarse a sí mismo
- Que Dios ama de igual manera a todos los seres humanos
- Que no es necesario evangelizar
- Que no debemos de luchar contra nuestros enemigos: El mundo, Satanás y la carne
- Que la gracia común es suficiente para tener una vida plena
El considerar la gracia común como un regalo maravilloso del amor de Dios no nos convierte en liberales ni en idealistas, por el contrario nos da una perspectiva más rica del evangelio, de la santidad, de la justicia, del evangelismo y del papel de la iglesia en el mundo. Es una confirmación de lo que dice Santiago, “que todo bien y don perfecto procede del Padre de las luces.”
El regalo más grande que Dios le ha dado a la humanidad es el sacrificio de su hijo en la Cruz, la más sublime expresión de su gracia salvadora en la cual se soluciona el problema del mal que hay en el universo y la maldad del corazón humano. La gracia común es el segundo regalo más importante de Dios para la humanidad, con el cual, Dios nos da la solución al problema del bien que vemos en la creación y en el corazón de cualquier ser humano. El amor de Dios incluye ambas formas de bondad.